

Cuatro actores y la inteligencia artificial, cualquier similitud con nuestros tiempos es pura coincidencia? Una experiencia que nos invita a la reflexión y al encuentro con lo que más amamos, el debate interno y social que plantea la obra nos lleva al más esencial del “ser artístico”.
El pasado viernes, fui testigo de una experiencia teatral única. La confesión de Molière + 2051 Odisea del Exteatro” no solo toma como referencia parte de la vida del reconocido dramaturgo sino que nos introduce en los más esencial del arte dramático y la naturaleza humana.

Cuatro actores, la inteligencia artificial y un debate que nunca caduca
“La confesión de Molière + 2051 Odisea del Exteatro” no es solo una obra, es un experimento que desafía los límites de lo que entendemos por arte dramático.
Una puesta futurista y cercana nos adentra en el universo de la propia vida de Molière y su vínculo familiar y creativo, creando un diálogo fascinante entre el pasado y el futuro. La inteligencia artificial, presente en cada escena, no solo guía las acciones de los actores, sino que también interactúa con ellos, generando un diálogo entre lo humano y lo artificial. La obra nos invita a reflexionar sobre el papel del arte en una sociedad cada vez más dominada por la tecnología. ¿Es posible concebir el arte como un producto más, sujeto a las leyes del mercado? ¿O sigue siendo el arte una forma de expresión esencial para el ser humano? Cabe destacar la vigencia del mensaje de una obra que no solo nos acerca a la figura del gran dramaturgo, sino que también sigue en el debate de la utilidad del arte en la lógica capitalista.

Al presentar un futuro donde la inteligencia artificial dicta los cánones estéticos, la obra nos confronta con la posibilidad de un arte reducido a mero espectáculo, carente de profundidad y significado. Sin embargo, a través de la figura de Molière, la obra también reivindica el papel del arte como una fuerza transformadora, capaz de cuestionar el orden establecido y despertar conciencias. El legado del dramaturgo francés se convierte así en un faro de esperanza en un mundo cada vez más homogeneizado y mercantilizado.

Las obras escritas por Silvia Beltrán y Adrian Airala se unen para una puesta original donde los actores realizan un trabajo extraordinario. Dos obras que se fusionan ensamblando textos clásicos con una realidad futurista, un vestuario y personajes tomados como marionetas por la inteligencia artificial y el mensaje de Moliere como estandarte de una rebelión que aún no ha terminado.

Lo obra continúa en cartel el viernes 2 y 9 de agosto en Teatro de la Abadía (Estanislao Zeballos 3074)
SINOPSIS:
En la Argentina de 2051, muchas personas siguen deseando acudir al teatro y ver una obra de manera convencional, sin saber que la actividad teatral ha dejado de ser una creación humana. Pero por fortuna, la leyenda del gran Moliére, con sus pasiones intactas, ha conseguido mantener vivo el fuego del arte en estado de rebelión.
La Confesión de Moliere + 2051 Odisea del exteatro es una fusión intensa de dos obras y de dos épocas muy distantes entre sí, que explora aquello que es permanente, que está inserto en nuestra propia naturaleza humana y que se repite en el tiempo, en el devenir de los siglos, a pesar de todo.

FICHA TÉCNICA:
Textos: «La Confesión de Moliere » Silvia Beltrán + «2051 Odisea del Exteatro» Adrián Airala
Actuaciones: Demián Sanchez; Javier Bonatti; Gabriel Prieto; Marisa Ramïrez
Dirección de Adrián Airala
Diseño de escenografía: Adrián Airala
Diseño de vestuario. Fernanda Aquere
Confección de vestuario: Ermindo Cano
Maquillaje: Marisa Ramirez
Diseño de sonido: Martín Margüello y Adrián Airala
Diseño de iluminación: Airala, Gaspoz, Sanchez
Diseño de voz IA: Fabio González
Maquetas 3D: Elena Marioni
Operación de luces: Ariel Gaspoz
Operación de sonido: Margüello y Airala
Prensa: Alina Pazzolo
Gráfica: Antolina Diseños
Producción: Diego Valiente y Silvia Beltrán






